Shidoshi Iriel Hernández Cobreiro
Presidente
de la Ninjutsu Budo Taijutsu Cuba
Director
de la Shihan Dantai .
Los conceptos de
maestro y alumno han ido variando y modificando -incluso mezclándose- a través
del tiempo, desde una mera demostración donde el alumno debía adquirir el
conocimiento, hasta videos-conferencias donde se explican seminarios de un
continente a otro.
Literalmente sensei
es una palabra de origen japonés constituida por dos kanjis que hacen alusión
al significado de “alguien que ha vivido antes”, en referencia a una persona
nacida previamente, no solo en edad, si no en cualquier ámbito de la vida,
tanto cultural como en otras disciplinas, aunque se enraizó más en el mundo
marcial, donde es usado de manera diversas.
Para algunas artes
marciales, decir sensei es mencionar algún Soke o gran maestro, mientras que en
otras se usa de manera simple para aquellas personas encargadas de instruir en
los Dojos. Morihei Ueshiba, creador del Aikido, es recordado como O´sensei, o
Gran maestro, titulo poco común, y solo usado para aquellas personas con una
vida consagrada a alguna disciplina.
El mundo occidental,
o mejor dicho, la occidentalización de las artes marciales, han traído al
traste la utilización del concepto de “sensei” o “maestro” de
forma amplificada, y se ha convertido en fin, y no en vehículo, como debía ser.
Serian incontables los recuentos de quienes se dicen maestros de artes
marciales, y no pasan de ser aprendices toda su vida (aunque nunca lo
reconozcan), mientras que otros se encargan de crear un mundo a su alrededor
donde “solo ellos constituyen el centro rector o son los únicos maestros”.
El respeto a otras artes
marciales, y a la cultura japonesa debe estar presente en todos los Dojos donde
se practiquen estas, pero es importante que la relación alumno-maestro este
basada en conceptos de respeto, admiración y entrega, no de miedo o idolatría.
Esta analogía debe ser los cimientos para la construcción de una relación donde
cada instructor, o persona indicada a impartir clases (y debemos mencionar a
los simpais cuando el profesor no se encuentra, o en algún momento de la clase
con un grupo especifico) se nutra a la vez que imparte su clase, porque cada
instructor aprende cada vez que le realizan una pregunta, o algún alumno
ejecuta mal la técnica, y debe explicársela infinitamente, es un momento donde
no existe el ego, y podemos conectarnos con ese pequeño espacio de nuestra vida
que no ha dejado de ser alumno, de ser kohai todavía.
El aprender siempre
no debe ser olvidado nunca por maestros y practicantes de artes marciales, ni
en la vida diaria, ya que esta nos enseña que estamos en un proceso de
aprendizaje que solo acaba con nuestra desaparición física, donde se transforma
nuestra esencia vital. No se debe nunca olvidar sus orígenes, de donde
proviene, para que el maestro que exhibe orgulloso sus conocimientos no infrinja
en el ego despótico que oprime a alumnos y demás practicantes, y de esa
manera no dejarse desmoronar en la burla o la irascible controversia constante.
Así como se debe
saber cuándo dejar el poder, el artista marcial debe saber cuándo parar y
observar, aprender, adquirir conocimientos de sus alumnos, de sus amigos, de
sus vecinos o incluso de sus enemigos, para de esa manera, demostrar que es un
verdadero maestro.