viernes, 20 de marzo de 2015

Tributos I



Tributos I
Kaysho Iriel Hernández Cobreiro[1]


Entre los muchos agradecimientos que en la vida debemos tener, está siempre el de aquellos que nos legaron su ejemplo y sus conocimientos dejando una huella perdurable que transmitiremos a nuestros hijos y alumnos. Sin dejar atrás en mí persona lo que significó las enseñanzas de la Shibushi Mayra Calviño,  durante mis años en la práctica del Aikido tuve la suerte, a través del sensei Yumak Alonso Periu (actual Kaisho de la Daibukan Bugei Federatión) de conocer a quien sería mi sensei durante una parte de mi vida y me enseñara no solo Aikido y Daibukan, si no la cultura japonesa y los rigores de entrenar por amor: al sensei Yojany Urquijo Morales.

Tuve la suerte de entrenar en una familia que había bautizado su Dojo como Masakatsu, honrando ese concepto dado por O´sensei Morihei Ueshiba y que sería parte de nuestras enseñanzas. Este es uno de los conceptos legados a las Artes Marciales, y que ha sido muy utilizado, y no solo por los practicantes de Aikido, pero fue difundido por el creador de este arte.

La palabra Masakatsu se compone de los terminales Masa y katsu, el primero significa verdad, y el segundo victoria, es decir, la verdadera victoria, o la victoria verdadera, que puede ser traducida de disimiles maneras, en principios de conocimiento, de entrega, y no de guerra o superioridad, ya que la verdadera victoria, como la veía O´sensei, consistía en vencerse a sí mismo, lograr una armonía universal donde se fusionaran el atacante y el atacado, logrando el verdadero principio del Budo: detener la lanza antes de proyectarse, es decir, pelear sin pelear.  Ahora, en tiempos modernos donde los conceptos se trastocan y modifican ¿se mantiene igual el concepto de la “verdadera victoria”?, ¿Sigue siendo un principio de las Artes Marciales en la actualidad lograr el camino del conocimiento y no desviarse por el sendero obscuro de la gloria personal, el ego o la comercialización?. Lamentablemente no es así, y vemos como maestros a los cuales hemos respetado durante años, de los cuales recorren historias sorprendentes sobre hazañas sorprendentes, solo le importan poseer más escuelas, y que están reporten dinero y beneficios, olvidando sus orígenes, cuando eran simples estudiantes de un Dojo.

Pero este  concepto no viene solo, y lo complementa el de Agatsu: la victoria sobre uno mismo, para conformar en cada persona el “Masakatsu Agatsu”, o La verdadera victoria, que es el vencer y el superarse a sí mismo. Recuerdo en cada actividad de esta familia-escuela decir siempre que “Nuestro destino no debe ser buscar la competencia o el llegar a ser mejor que alguien, si no que cada día y con cada paso, tratamos de pulir algún defecto en nosotros. Con esto logramos unificar Agatsu con Masakatsu: la verdadera victoria sobre nosotros mismos”.

Hoy, en pleno siglo XXI, es muy complicado enseñar esto en el dojo, con Ipod, celulares o laptop, pero debe ser obligación de cada maestro, buscar el principio básico de sus técnicas, por donde se rigen, y respetar el legado de nuestros maestros. Por eso, en nombre de Riki, Alfredito, Yaima, Pedro, Vitico, Diodelis, Raisa, Osniel, Fernando, Yansel, Cantón, el Yi, el Li, Dayan, Ernestico, Jackson, Yadian, Mariano, Maikel, Luisito, Lian Nelson, los dos Yasmanis, Katia, y tantos otros que sería imposible recordar, te agradecemos el habernos enseñado mucho de lo que sabemos, y ante la enseñanza de la vida, nos paramos en Mosubi dashi y te decimos Domo arigato gozaimashita sensei.





[1] Presidente de la Asociación Cubana de Ninjutsu, miembro de la Shihan Kai, representante para Cuba de la Gekkan Ryu,  y Kaysho de la Isshin Ookudo Ryu.

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